domingo, 15 de noviembre de 2009

Martin Parr

Martin Parr (1952 Epsom, Surrey, Reino Unido) es un fotógrafo británico. Su interés por la fotografía fue alentado desde niño por su abuelo, George Parr, un fotógrafo aficionado. Parr estudió fotografía en la Escuela Politécnica de Manchester de 1970 a 1973. A principios de los ochenta, su trabajo reflejaba el estilo de vida de la gente corriente en Gran Bretaña, reflejando el deterioro social y los problemas de la clase trabajadora durante el gobierno de Margaret Thatcher. El sentido del humor es muy importante en su obra. Para Parr, es el modo de salvarse del ridículo y la decadencia en nuestra vida diaria. La banalidad, el aburrimiento y la falta de sentido de la vida moderna es plasmada en trabajos como "Parejas aburridas" y "Sentido Común". Es miembro de la Agencia Magnum desde 1994. En 2004 fue nombrado profesor de fotografía en la Universidad de Gales. En 2006 recibe el premio Erich Salomon. En 2008 recibe el Premio PHotoEspaña Baume et Mercier
Para unos es un genio que ha logrado documentar las mil caras de nuestro tiempo, mientras que para otros sólo es un hábil retratista del lado más grasiento y grotesco de la sociedad actual. En cualquier caso, Martin Parr es un fotógrafo que no deja indiferente y mucho menos en su país, Reino Unido, donde en el último mes se han inaugurado dos exposiciones en torno a su obra y donde la crítica sigue dividida entre si lo suyo es genialidad documental o vulgar brocha gorda.
Mientras Parrworld (inaugurada en el Gateshead Baltic Center of Contemporary Art) reúne su último proyecto, Luxury, en el que el fotógrafo ha invertido cuatro años de trabajo enfocando los chirriantes detalles de los rincones más opulentos del planeta, Parrbooks (que se inaugura esta semana en la Rocket Gallery de Londres) está dedicada a sus libros, que conforman una extensa bibliografía que arranca de 1974 para cerrase este año con la citada Luxury.
Desde una presentación de joyas en Dubai en la que todo es de un color rosa chicle o las aceleradas bambalinas de un desfile de moda en Moscú, Parr ha pasado de las playas con olor a aceite de coco del turismo de masas a los salones del consumo más caro y aberrante. Miembro de Magnum desde 1994, el fotógrafo dispara cuando se le pregunta por una lectura ideológica de ese zoológico de colores ácidos. "Yo no juzgo con mi cámara, no busco lo que está bien y lo que está mal, eso es algo que dejo al espectador", afirma.

Para Parr, la fotografía todavía es en Reino Unido un arte considerado menor. "Desde luego no es el caso de España o Francia, aunque poco a poco la cosa va cambiando. La fotografía es un arte muy flexible y democrático, cada uno puede inventarse a sí mismo, eso es precisamente lo que más me gusta de ella, aunque quizá eso es lo que despierta más sospechas contra ella".







No hay comentarios:

Publicar un comentario